Hay cosas que no van bien juntas, como el agua y aceite o la comida con mucha salsa y condimentos y la ropa blanca.
Por otro lado, a veces hay cosas que combinan a la perfección, como los lácteos y la fruta.
Puede que estés pensando: “Un momento, ¿qué?”, y lo entiendo.
No es necesariamente lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en cualquiera de las dos cosas.
Sabemos que a la gente le encanta la cremosidad de los lácteos, y ahora mismo, con el calor del verano, el sabor dulce y refrescante de algo afrutado es insuperable.
Cada uno puede ser delicioso por sí mismo, pero juntos pueden convertirse en algo realmente especial.
De hecho, entre los maridajes tradicionales, las recetas creativas que son tendencia constante en las redes sociales y los productos innovadores y nostálgicos que irrumpen en el mercado, la fruta y los productos lácteos están en el punto de mira de los consumidores.
Maridajes Sociales
TikTok y otras plataformas de redes sociales han sido semilleros de recetas únicas, creativas y a veces extrañas que no deberían funcionar, pero que de algún modo lo hacen.
En el corazón de muchas de estas sensaciones gastronómicas virales está nuestra combinación de conversación.
Un ejemplo, quizá infame, del año pasado fue el híbrido coreano de postre y bebida hwachae (화채). La versión “son las 3 de la madrugada y estoy deshidratado” de este tradicional plato de ponche de frutas es una combinación de fruta (sobre todo sandía), hielo, refresco de lima-limón y, sí, leche (de fresa), empezó con muchos escépticos por razones obvias. Aunque no todos se estaban convencidos, el algoritmo se aseguró de poner esta receta en todas las redes sociales haciendo que muchos usuarios se encantaran con esta delicia fresca, cremosa y muy refrescante.
Menos controvertido y quizá más representativo del poder de combinar lácteos y frutas fue la popular limonada brasileña. La gente enloqueció al ver cómo la cremosidad de la leche condensada azucarada equilibraba a la perfección la acidez del limón.
Aunque la hipérbole es habitual en los contenidos sociales, la frase “¡Qué buena está!” pudo haberse quedado corta.
Desde rollitos de fruta rellenos de helado hasta helado de queso cottage y muchos más, la combinación de la fruta y los lácteos parece ser una pareja poderosa de recetas virales. También parece estar demostrando que el dicho “Internet no es la vida real” no siempre es cierto.
Naranjas y Crema… por todas partes
La nostalgia no es nada nuevo, pero la newstalgia, cuando se trata de alimentos y bebidas, está llevando los sabores del pasado a virales y totalmente nuevos.
Un sabor en particular que está conquistando el corazón de toda una nueva generación es la maravilla cremosa y cítrica de un helado de naranja.
Puede que este perfil no traiga a la memoria de todos las melodías de los camiones de helados y las carreras bajo el sol del verano, pero es tan bueno que no tiene por qué hacerlo.
El mes pasado, cuando visité Chicago, probé el helado de Jeni’s. El sabor que elegí fue el dreamsicle de naranja quemada. Este sabor no sólo estaba disponible el helado, sino también en paleta.
De los refrescos a los seltzers, de los drive-thrus de comida rápida a los pasillos de caramelos, incluso los creamers/cremas de café y los productos para el cuidado de la piel hacen uso de este sabor.
Se puede encontrar en casi todas partes y en casi todo, hasta el punto de que puede estar convirtiéndose en el pumpkin spice del verano.
Aunque este dúo de naranja y crema está entrando en un territorio poco común con su rápida expansión, la combinación de fruta y crema es un clásico (y una tendencia constante) en yogures, helados, la cocina y mucho más por una razón.
¿Por qué? Porque funciona.
Pero, ¿por qué? Esta vez seré n poco más técnica.
Fantásticamente Funcional por una Razón
He hablado de muchos ejemplos recientes en los que los lácteos y la fruta han triunfado juntos, pero tienen una larga historia como delicioso dúo dinámico.
Desde las fresas con crema en Wimbledon hasta la panadería y los postres, pasando por el vino y el queso, e incluso la fruta y el queso.
Hay una razón para ello, y empieza por su capacidad para aprovechar los puntos fuertes del otro. Los lácteos son, por naturaleza, bastante grasosos. Esto contribuye en parte a que sean tan cremosos y apetecibles.
Las frutas, en todas sus formas, suelen ser ligeras, crujientes y refrescantes. Su dulzor suele ir acompañado de un toque ácido, agrio o incluso amargo.
Van de la mano porque la acidez y la frescura de la fruta pueden cortar la grasa de los lácteos, realzando y equilibrando las notas de sabor de ambos.
Por otro lado, la cremosidad fresca de los lácteos puede añadir profundidad y riqueza a algunas frutas, aportando su propio equilibrio a la asociación.
Esta es, por supuesto, la base de por qué funciona tan bien. Cuando pasamos de los lácteos frescos, como la crema, la leche e incluso la mantequilla, a la complejidad de capas de los lácteos cultivados y madurados, como los yogures y el queso, hay aún más en juego.
Por ejemplo, el cheddar irlandés curado tendrá más notas cárnicas y umami, lo que requerirá que se combine con algo más picante para realzar la combinación.
Puede que se esté diciendo: “Ahora entiendo por qué estas dos cosas combinan tan bien, pero ¿qué tiene que ver esto con los alimentos funcionales?”.
Tienen que ver mucho, y he aquí el por qué.
Los alimentos y bebidas funcionales son relativamente nuevos en el mercado, y con los nuevos productos a los desarrolladores les gusta ir sobre seguro en el departamento de sabores. A menudo, esto lleva a las empresas a apostar fuerte por los sabores frutales para sus productos.
Por desgracia, estos ingredientes funcionales pueden traer consigo una serie de notas desagradables o resabios, y los sabores frutales pueden carecer de la complejidad necesaria para abordarlas en su totalidad.
Como explica Peter Kern, Saborista Junior de Edlong, en su reciente artículo “Funcionalmente Indulgente”, los auténticos sabores lácteos están en una posición única para ayudar a enmascarar y trabajar con esos matices de un modo que otros perfiles no pueden.
Si añadimos esto a la combinación natural de fruta y lácteos, los desarrolladores tienen una oportunidad real de tomar dos cosas que normalmente no combinan, como lo saludable y lo indulgente, y convertirlas en una deliciosa combinación celestial. Descubra cómo poniéndose en contacto con nuestro equipo de expertos globales en I+D.
Sobre la Autora: Emily Sheehan, Applications Manager, EMEA
¡Hola! Soy Emily Sheehan. Soy Applications Manager, EMEA en Edlong, y mi trabajo se basa en crear nuevas y emocionantes posibilidades para nuestra gente y nuestros procesos. Es inspirador reflexionar sobre cuánto ha logrado Edlong y aún más sorprendente estar involucrado en una innovación tan reflexiva. Disfrutamos traspasando los límites de la comida y el sabor, y damos la bienvenida a todos en la industria de alimentos para que se unan a nosotros. Si necesita experiencia o inspiración, ¡me encantaría colaborar y ayudarle a diseñar soluciones de sabor que resuenen con los consumidores!
Topics: Alimentos FuncionalesSabores Lácteos
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