A medida que los consumidores están más informados sobre la salud, la dieta y el bienestar general, es natural que términos como “alimentos ultra procesados” y “etiquetas limpias” se conviertan en temas de debate.
Si aún no lo ha hecho, un acrónimo que seguramente aparecerá en su radar es HFSS, que significa productos con alto contenido en grasa, sal y azúcar (High in Fat, Salt, and Sugar en inglés).
Durante la última década, legisladores y responsables políticos de todo el mundo han identificado la abrumadora saturación del mercado de este tipo de productos como algo que hay que abordar.
Aunque ninguno de estos países pretende eliminar estos productos de las estanterías de las tiendas, muchos optan por sistemas de etiquetado diseñados para ayudar a los consumidores a tomar decisiones más informadas sobre su nutrición.
Desde 2016, cuando Chile implementó por primera vez su etiqueta de advertencia octogonal en blanco y negro (OWL) en la parte delantera del paquete, Perú, Uruguay, México, Argentina, Colombia y Venezuela han seguido su ejemplo con políticas similares. El debate sobre la adopción de este tipo de etiquetas también continúa en muchos países del Caribe.

En 2017, Francia introdujo el sistema de etiquetado Nutriscore, o “semáforo”. En el momento de escribir esto, otras siete naciones europeas (Bélgica, Alemania, Luxemburgo, España, Suiza, Países Bajos y Portugal) han optado por utilizar este mismo sistema en sus empaques. Aunque se sigue debatiendo cuál es el mejor sistema para la UE, Italia ha optado por el sistema NurtiInform Battery, el consenso general es que se necesita algún tipo de sistema para proteger la salud de los ciudadanos del continente.
El sistema de etiquetado canadiense entrará en vigor el 1 de enero de 2026, por lo que es posible que otros países, como Estados Unidos, empiecen a plantearse hacer lo mismo.
Por supuesto, las empresas de alimentación y bebidas han puesto de su parte invirtiendo en innovaciones “mejores para su salud” (better-for-you), pero la creciente popularidad de estas políticas también da un sentido de urgencia a los desarrolladores que buscan evitar que sus productos se asocien a una etiqueta de este tipo.
Reducir la grasa, el azúcar y el sodio de los productos se está convirtiendo en una prioridad para muchos, pero hacerlo puede crear rápidamente una serie de problemas en cuanto al sabor.

La auténtica y robusta gama de sabores lácteos y de tipo lácteo de Edlong está a la altura para ayudarle a superar cualquiera de estos obstáculos, pero hoy quiero centrarme en la reducción de sal, concretamente en cómo los sabores de queso pueden ayudarle a reducir el sodio.
“En general, la reducción de sal es un reto. Es un problema en el que todo el sector está trabajando, pero no existe una solución mágica”, afirma Angela Lantman, Manager NA–Applications de Edlong.
Y añade: “Aunque la reducción del azúcar conlleva sus propios problemas, cada vez hay más edulcorantes no nutritivos y de alto impacto en nuestra caja de herramientas. Pero actualmente no existe un sustituto directo así para el sodio.”
Esto puede ser una realidad desalentadora para los desarrolladores de snacks, salsas u otros productos que se adoran específicamente por sus características saladas y sabrosas.
Afortunadamente, el uso de los sabores de queso de Edlong pueden ayudar a acortar la distancia entre las expectativas nutricionales del consumidor y su experiencia al disfrutar de un producto, es decir, podrían ayudarle a reducir el sodio.
“Descubrimos que el queso, con su rica mantecosidad y sus sabrosas notas umami naturales, puede dar la impresión de que algo es más salado de lo que realmente es. Debido a estos componentes inherentes, los sabores de queso nos dan mucho más con lo que trabajar que otros perfiles, y por eso es un mecanismo clave que utilizamos para ayudar a que las reducciones de sal alcancen sus objetivos de sabor”, dice Lantman.
Añade que este enfoque puede ser útil para cualquier aplicación, pero funciona excepcionalmente bien con fórmulas que dependen de algún tipo de mezcla de condimentos. Por ejemplo, una patata frita u otro snack salado puede obtener el impulso de sabor que necesita de un cheddar fuerte y afilado o un gouda ahumado.
Sean cuales sean sus necesidades, desde reducción de sodio o potenciar el sabor, nuestro equipo internacional de expertos en I+D puede trabajar con usted y su base para encontrar la solución de sabor perfecta para sus necesidades de reducción de sal.

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Sobre la Autora: Lauren Hopkins, Sr. Director of Business Development – Americas

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Soy Sr. Director of Business Development (Directora de Desarrollo Comercial) para el continente Americano en Edlong y me apasiona ayudar a los diseñadores de productos y ejecutivos a lanzar productos alimenticios innovadores. Tengo una creencia inquebrantable en mi equipo, su capacidad y nuestros productos que está respaldada por un historial de clientes que han ahorrado tiempo y recursos al trabajar con nosotros. Su próximo gran producto está en el horizonte y le ayudaré a llevarlo a tantos estantes, mesas y corazones como sea posible.
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