En un pasado no muy lejano, hablar constantemente de “economía” parecía algo reservado a los que estaban en Wall St. y a los tipos de la tele que te gritaban “Compra” o “Vende”. Pero ahora, esos días no son más que un recuerdo.
Aunque el consumidor promedio no toma necesariamente la temperatura de la economía siguiendo diariamente la evolución del Dow Jones o del NASDAQ, se fija en la factura de la compra.
Para muchos, esto les dice todo lo que necesitan saber.
El costo de llenar el carrito de compras parece ir en una sola dirección, lo que obliga a la mayoría a tomar decisiones difíciles sobre lo que llega a sus despensas.
Pero si los compradores llevan tiempo sintiéndose así, es muy probable que los desarrolladores de alimentos y bebidas lleven aún más tiempo lidiando con ello.
Mientras empresas y consumidores buscan formas de reducir costos, hay dos cosas que nadie quiere sacrificar: la calidad y el sabor.
En el último año, hemos hablado mucho de cómo los sabores lácteos pueden ayudar a las empresas a reducir ingredientes para ahorrar dinero sin recortar gastos. La mayor parte de este debate se ha centrado en los commodities o materias primas lácteas, como la mantequilla, la crema, el queso, etc., que no sólo han sido víctimas de la interrupción de la cadena de suministro y del aumento vertiginoso de los costos, sino que además tienen unos gastos generales inmensos que se suman a su carga financiera.
Una posible solución que ha sido durante mucho tiempo un elemento básico en la industria de alimentos y bebidas es el uso de polvos (queso, suero de leche, mantequilla, etc.) y productos de queso modificados con enzimas (EMC).
Estas pueden ser excelentes opciones para optimizar el rendimiento del sabor y el costo.
Sin embargo, a pesar de su relativa rentabilidad, al derivar directamente de estas materias primas, tampoco son inmunes a las fluctuaciones del mercado.
Además, los polvos y los EMC no están exentos de problemas de desarrollo.
Dependiendo de las proporciones utilizadas en una formulación determinada o de los métodos de procesado específicos de una aplicación, pueden producirse problemas de sabor o pérdidas de sabor.
El uso de sabores lácteos auténticos junto con estos ingredientes podría ayudar a ofrecer lo mejor de ambos mundos, ya que ayudaría a aliviar las preocupaciones por el aumento de los costos y mucho más.
Reducir
Del mismo modo que los polvos lácteos y los EMC pueden ayudar a los desarrolladores a reducir el uso de ingredientes como el queso y el suero de leche, los sabores lácteos concentrados pueden formar parte de una solución para reducir estos ingredientes sin reducir el sabor.
Si estas soluciones ya son más rentables, ¿por qué habría que hacer esto?
Como ya se ha mencionado, aunque siguen siendo comparativamente competitivos en costos, algunos de estos ingredientes están empezando a verse afectados por las mismas fuerzas del mercado que las materias primas a las que pretendían sustituir.
Además, estos ingredientes suelen utilizarse en grandes cantidades. Aunque esto puede no suponer un problema, a veces puede dar lugar a sabores extraños. Los EMC, en particular, debido al uso de diversas enzimas y lipasas, pueden producir notas jabonosas no deseadas cuando se utilizan a altos niveles.
Sin embargo, con los sabores lácteos, la necesidad de utilizarlos a niveles tan altos se reduce considerablemente, al igual que las notas desagradables.
En otras palabras, pueden ayudar a los desarrolladores a estabilizar sus productos.
Estabilizar
Esto puede significar dos cosas:
Veamos primero los costos.
Dos ventajas de los sabores son su potencia y el nivel de uso relativamente pequeño necesario para dejar huella en una formulación.
Esto permite a los desarrolladores conseguir un sabor increíble con una fracción de los ingredientes.
Aunque esto puede significar que haya que añadir otras cosas para equilibrar la fórmula, este enfoque puede ayudar a estabilizar los costos y el sabor en tiempos de incertidumbre.
Pasando al sabor, lo cierto es que, a pesar de la estandarización de los productos, puede haber variaciones de un lote a otro. Aunque se trate de un hecho poco frecuente, puede resultar muy costoso.
Los sabores lácteos auténticos de Edlong son una gran solución para remediar o prevenir estos problemas creando perfiles característicos consistentes en los que usted y sus consumidores pueden confiar.
Tampoco hay que subestimar los problemas del procesado, especialmente en las formas que utilizan altas temperaturas.
Esto se debe a que muchos compuestos aromáticos y volátiles responsables del perfil de sabor pueden cocerse o alterarse durante estos procesos.
Los sabores termorresistentes son una forma fantástica de contrarrestar esta situación y garantizar que los consumidores obtengan el máximo sabor por su dinero.
Otra opción podría ser utilizar sabores para realzar un producto después de procesarlo y restablecer el perfil deseado.
Este “top-noting”, o añadir un sabor al perfil existente, tiene el potencial de hacer aún más por su producto.
Elevar y Diferenciar
Aunque no es específicamente una vía para reducir costos, nuestra variada gama de perfiles lácteos auténticos puede añadir un enorme valor para los consumidores al ayudar a elevar y diferenciar los productos.
Por ejemplo, convertir una caja normal de macarrones con queso en una experiencia culinaria con un Cheddar añejo, una “mezcla de quesos italianos” o un Gouda único.
Ya hemos hablado de cómo las LTO (ofertas por tiempo limitado) son una forma fantástica de diferenciar los productos de los competidores en este difícil mercado. También permiten a los promotores aprovechar las tendencias que interesan a los compradores de hoy.
Con costos relativamente bajos, las empresas pueden elevar la experiencia del consumidor y su ánimo ofreciéndole opciones asequibles y emocionantes.
Al fin y al cabo, cuando las empresas son capaces de hacer eso en tiempos como los actuales, eso le dice a la gente todo lo que necesita saber.
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